Tiempo, Espacio, Energía y Materia
Tiempo, espacio, energía y materia es la composición de planetas, universos, cosmos y en
general de todo lo existente.
En el pasado, el conocimiento y desarrollo personal se
encontraba disponible a través de las distintas religiones y filosofías. Sin
embargo, eran grupos herméticos y
elitistas que pertenecían a las dinastías. Además estos conocimientos se
mezclaban con leyendas, mitología e ideologías y hoy se llaman religiones.
La esclavitud del espíritu
humano ha ido transmutando y transformándose a través del tiempo espacio,
energía y materia.
La antigua sabiduría ha descrito y reconocido la energía que
dirige la vida a través de estos nombres:






Esta misma energía hoy se reconoce como la fuerza que está
presente y vive en todo y en todos lados, llámese omnipotente, presente,
sapiente, meridianos, chacras, chi, ki, prana, estado de gracia, nishama,
espíritu, mente, cuerpo, física cuántica, fractales y realidad holográfica...
Todo esto se reduce a conceptos donde la
vida y la energía emanan a través de lo infinito.
Los seres humanos somos bellos (espíritu), perfectos de
nuestro (cuerpo) e inteligentes y pensantes (mente), seres emocionales (guías).
Hoy la humanidad es libre de pensar y cuestionarse, cuyo
derecho por naturaleza esta engranado en nuestro ADN y se llama libre albedrío,
voluntad y capacidad para evolucionar y desarrollar consciencia de sí mismo.
El
poder de las palabras es sorprendente. Pueden construir o destruir, facilitar u
obstaculizar, generar hostilidad o felicidad. Llenar hogares de conflictos o de
armonía. Todos en algún momento de nuestras vidas, experimentamos dudas y es
durante esas ocasiones que las frases negativas y críticas que nos expresaron
en el pasado —tal vez hace muchos años—, suenan de nuevo en
nuestros oídos.
Carlos
Siller menciona que la palabra tiene mucho de aritmética: divide cuando se
utiliza como navaja, para lesionar; resta cuando se usa con ligereza para
censurar; suma cuando se emplea para dialogar, y multiplica cuando se da con
generosidad para servir.
Reflexionemos
en la siguiente pregunta ¿Trato a mi familia tan bien como a mis amigos? Muchas
personas nunca dirían a un amigo las palabras humillantes y duras que se pronuncian en casa ¡No tendríamos amigos! El
actor Richard Burton, mencionó alguna vez
que una palabra hiere más profundamente que una espada.
La
"charla destructiva" describe muchas palabras expresadas dentro de
las familias. La mayoría de las veces las palabras no son reflexivas y bien
enfocadas, o bien revelan que no estamos prestando atención al escuchar a la
otra persona.
Las
personas pasan por las habitaciones, saludándose entre sí con sólo un gruñido.
En la mesa, a la hora de la cena, hacen las preguntas de costumbre, “¿Cómo
estás? ¿Cómo fue tu día?” Son comunes las preguntas de control: ¿Recogiste tus
juguetes? ¿Sacaste la basura? Todos hablan..., pero el contenido es nulo.
La
mayoría de las veces no somos conscientes que nos expresamos en forma agresiva
e improductiva, lo que deriva en que seamos catalogados por los demás como seres
negativos e intolerantes. Una prenda rota se puede zurcir; pero la herida que
provocan las palabras negativas lastima el corazón y la autoestima de una
persona.
También es importante
saber escuchar, regularmente no estamos escuchando a los demás, ¿Qué nos
quieren decir? ¿Qué mensaje nos están enviando? Nuestro ruido mental, no nos
permite escuchar. Paul Masson decía que, en virtud de la palabra, el hombre es
superior al animal; y por el silencio se supera a sí mismo.
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